Tulpeando #2 : Personalidades

En el post anterior hablé del debate interno que tenía al momento de crear un tulpa y de cómo tomé una tangente pensando en adaptar un personaje ya hecho en vez de crear uno a partir de cero. Ahora toca un punto que puede ser bastante tardado para pensar y esto es la personalidad.

Lo primero que se recomienda para empezar es definir con que rasgos de personalidad va a nacer el tulpa, como se trata de una entidad psicológicamente independiente, aquello tiene su propia personalidad, ideas y deseos. Estos pueden ser definidos por su creador o irse desarrollando conforme pasa el tiempo de creación. Generalmente ocurren ambas situaciones y es por eso que no hay un concenso sobre qué tan vago debe ser en este paso.

Pensar en qué le gusta, que no le gusta y qué rasgos de personalidad tiene una lata. Al final, como voy siguiendo la creación de un personaje ya hecho, el definirlo muy vagamente no era una opción, no si quería crear al personaje tal y como lo vi en pantalla. Para empezar, como sale en una película muy corta, hay muchos detalles que quedan a la imaginación, por lo que asumo ese espacio como lienzo en blanco para cualquier detalle que desee añadir. Pero por lo demás estaba el asunto complicado de definir que personalidad manifestaba, que rasgos tenía.

 
Afortunadamente, una búsqueda rápida en google me llevó a esta lista con más de 600 rasgos de personalidad clasificados como positivos, negativos y neutrales. Son tantos que no toma mucho tiempo encontrar 40 rasgos que se ajusten a la personalidad que deseas del tulpa. Elegir rasgos es lo fácil, lo difícil es el paso que sigue: asociar los rasgos elegidos al tulpa. No se trata de decir que mi personaje es valiente y ya, se trata de pensar qué es lo que lo hace valiente y pensar en una situación específica es lo complicado. Bueno, valiente es un ejemplo sencillo para pensar, pero si lo pasamos a algo como pragmático o progresivo la imaginada sube de nivel.

Este proceso de asociación  puede involucrar Wonderland, hablar con él diciéndole qué es y quién sabe cuantas opciones más. En mi caso me fui por un método más simple. Escribo el porqué del rasgo que tiene. Ejemplo:
Inteligente: En vez de usar la fuerza bruta, el Barón usa los recursos que tiene a su disposición para salir adelante. Procura saber más del mundo para estar preparado para él.

Y así este ejemplo, pero esto se repite para cada uno de los rasgos. Sí, son 43 lo que significa mucha escritura y, además requiere visualizar al personaje desarrollando la acción.

Entre todo, incluí aspectos positivos, negativos y neutrales en pos de generar a una persona compleja como cualquier otra. Solo espero que esos detalles que añadí no terminen en un personaje completamente distinto al que deseaba originalmente.