Como jugador de rol, imaginar personajes y escenarios es el pan de cada juego. Interactuar con otros jugadores entrando en personaje evitando que solo sea una mera extensión de mi persona es lo que lo hace divertido e interesante, por ello al leer sobre los tulpas y cómo se crean no me pareció tan descabellado. Por eso decidí intentar crear mi propio Tulpa.
El primer problema que encontré fue: ¿Para qué diablos quiero un tulpa? Esta parte fue difícil principalmente porque no se me ocurría que uso podría darle además de simplemente investigar el fenómeno pues el resultado final es una creación de tu mente con su propia conciencia. Una segunda voz que estará realmente contigo en las buenas y en las malas. Como lo que hace cualquier niño en circunstancias de soledad y ostracismo adecuados pero llevado a otro nivel.
La falta de esta necesidad de compañía imaginaria me llevó a pensar en términos más prácticos como crear una Navi que ayude a darme cuenta de detalles que se me pasan por alto o recordar cosas. Pero este ejemplo estaría creando un mero sirviente, una marioneta sujeta a mis deseos cuando un tulpa va más allá de eso. Aunque el uso que se le de a un tulpa depende de cada quien, al final, después de leer varios posts sobre los derechos de los tulpas, me decidí por crear un compañero, tanto para ver que ocurre al ser creado como para tener una voz más con la cual discutir además de las usuales inner voices con la que simplemente repites ideas inconscientes.
Al inicio me sentí como cuando creo a un personaje para un RPG. Darle forma fue difícil, no sabía que quería hacer. Al final opté por tomar un personaje de ficción ya establecido, principalmente porque así es más fácil tener la personalidad, apariencia e incluso detalles como su escenario y voz, que son bastante difíciles para que queden fijados en la mente. Sí, es un poco de trampa, pero facilita bastante el proceso y las contras que tiene este método son bastante llevaderas.
Mis 3 opciones eran La Muerte (Mundo disco), Cirno (Touhou) o Gintoki (Gintama) por mero gusto y afinidad, aunque al final me decidí por el barón Humbert von Gikkingen pues me parece un personaje interesante y como solo aparece en una película de hora y cuarto, queda suficiente espacio para que pueda imaginar lo que falte.
El siguiente paso, es la definición de la personalidad, pero eso es harina para otro post.
No hay comentarios:
Publicar un comentario